Ver la lluvia caer sobre la inmensidad del mar es un espectáculo que te detiene en seco. No es una tormenta violenta, sino una cortina de agua que avanza sobre el Caribe, uniendo el cielo y el océano en un abrazo gris y sonoro. Esta imagen, tan poderosa como fugaz, es el preludio perfecto para un día en el departamento de Colón, un lugar donde la naturaleza imponente y las páginas más cruciales de la historia de Honduras se encuentran cara a cara.

Una vez más, nos embarcamos en esta travesía gracias al canal «De Viaje con Seoane». La serie «La Vuelta a Honduras en 20 Días» es mucho más que un vlog de viajes; es un testimonio del esfuerzo y la pasión que se requieren para documentar un país. En este episodio, Joel nos regala una mirada «detrás de cámaras»: vemos a Guillermo, el editor, trabajando en el video del día anterior mientras el coche avanza por la carretera. Es un recordatorio del sacrificio que implica este proyecto y de la dedicación que convierte a este canal en una referencia obligada para los amantes de la aventura.
La jornada demuestra que explorar Colón es una experiencia de contrastes, accesible para quien esté dispuesto a recorrer sus carreteras. El día comienza en Tocoa, el vibrante motor comercial del departamento. Aunque no es la cabecera, es el punto de encuentro para los habitantes de la región. La parada en Deli’s Coffee y Restaurante Mi Delicia, justo frente al parque central, es un ejemplo perfecto de la hospitalidad local. Probar un «Frappé de Snicker» para combatir el calor o un postre llamado «Beso de Ángel» es parte de la inmersión en los sabores del lugar.

Los elementos clave que definen la segunda mitad del día son tres: la lancha, un humilde barco que se convierte en el portal hacia los tesoros acuáticos; la Fortaleza de Santa Bárbara, un bastión de piedra que es el corazón de la historia hondureña; y las frágiles estrellas de mar, que simbolizan la delicada belleza natural que se debe proteger.

El proceso del día es un viaje en el tiempo. Tras almorzar en Tocoa, el equipo se dirige a Trujillo, la capital histórica. A pesar de que el cielo amenaza con una tormenta, se embarcan con un capitán local para visitar el famoso banco de estrellas. La travesía es un espectáculo en sí mismo, navegando entre claros de sol y cortinas de lluvia, con el imponente cerro Capiro y Calentura como telón de fondo. Bajo el agua, no solo encuentran las esperadas estrellas, sino también los restos de un barco hundido, un secreto sumergido que añade misterio a la excursión. De vuelta en tierra, el recorrido se convierte en una clase de historia viviente, explorando los alrededores de la fortaleza y la ciudad que fue la primera capital de Honduras.
El resultado de esta jornada es una apreciación profunda y multifacética de Colón. No es solo un destino de playa; es el escenario donde Cristóbal Colón pisó tierra firme centroamericana por primera vez en 1502. Es el lugar donde los españoles erigieron cañones para defenderse de piratas y donde el infame filibustero estadounidense William Walker encontró su fin. Sentir la brisa del Caribe mientras se contempla un atardecer espectacular desde el mirador de la fortaleza es conectar con siglos de historias, batallas y leyendas.
La Regla de Oro en el Banco de Estrellas
Durante el video, Joel comparte el consejo más importante y vital de todo el viaje, una regla no negociable para el turismo responsable. Al hablar del banco de estrellas, explica con una claridad admirable: por favor, no toquen las estrellas de mar. Puede parecer un gesto inofensivo, pero el simple contacto puede ser letal para ellas. Nuestras manos contienen aceites y bacterias que las estresan y pueden matarlas. Sacarlas del agua, aunque sea por unos segundos para una foto, es asfixiarlas. Joel cuenta cómo, con los años, las estrellas se han alejado cada vez más de la orilla debido a estas malas prácticas. Este «truco» no es para tener un mejor viaje, sino para asegurar que otros puedan tenerlo en el futuro y que el ecosistema sobreviva.

Este episodio está repleto de datos fascinantes y vistas impresionantes que un texto no puede capturar por completo: las tomas aéreas de los 14 cañones de la fortaleza aún apuntando al mar, el vibrante paseo marítimo de Trujillo o la imponente Laguna de Guaymoreto. Para vivir la experiencia completa, te animo a que veas el video, te suscribas al canal y apoyes con tu interacción este increíble proyecto.
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