«Estamos saliendo un poco tarde, pero es de entender, estamos llegando tarde también». Esta frase de Luca, uno de los miembros del equipo de «De Viaje con Seoane», captura a la perfección la realidad de un reto tan monumental como la «Vuelta a Honduras en 20 Días». El séptimo día de esta odisea no comienza con un paisaje idílico, sino con una conversación honesta y sin filtros dentro del coche: el cansancio acumulado, la presión de editar sobre la marcha y la búsqueda del equilibrio perfecto para que cada video sea tan profundo como entretenido. Es esta transparencia lo que convierte al canal de Joel Seoane en una crónica de viaje tan genuina y adictiva.
Tras dejar atrás las llanuras de Olancho, el equipo se adentra en el departamento de Francisco Morazán. El destino es la capital, pero el camino mismo es parte de la historia. Una parada estratégica en Talanga para recargar energías con un café y unas rosquillas tradicionales —un clásico de la zona— sirve como preludio para el caos urbano. La entrada a Tegucigalpa es un bautismo de fuego para cualquier conductor: el tráfico denso, las calles angostas y la pericia casi milimétrica de los conductores de autobuses y camiones pesados ofrecen una dosis de adrenalina que contrasta radicalmente con la paz de los departamentos anteriores.
Es en medio de este entorno donde la propuesta de Hondu Tours, patrocinador principal de la serie, cobra un sentido especial. La empresa, pionera y única en el alquiler de bicicletas eléctricas en Honduras, ofrece una escapatoria, una forma de reinterpretar el departamento más allá de su faceta urbana. Su servicio hace que la aventura sea increíblemente accesible; ellos proveen el equipo, los guías y rutas prediseñadas que permiten a cualquiera, desde familias hasta ciclistas novatos, explorar la naturaleza y la historia de la región sin complicaciones.
La jornada se convierte en una exploración en dos ruedas. La primera experiencia es en el Cerro Juana Laínez, un pulmón verde en medio de la capital, donde un corto recorrido sirve como calentamiento y ofrece unas vistas espectaculares del Estadio Nacional y la ciudad. Sin embargo, la verdadera aventura se encuentra en las montañas del municipio de Santa Ana. Allí, un tour de 12 kilómetros se adentra en el impresionante corredor eólico del Cerro de Hula. Recorrer los caminos de tierra a 25 km/h, impulsado por la potencia silenciosa de las bicicletas eléctricas mientras se pasa junto a gigantescas turbinas de viento, es una experiencia que mezcla tecnología, naturaleza y velocidad de una forma única.
El corazón de este recorrido, no obstante, no es la adrenalina, sino un momento de profunda reflexión histórica. El sendero conduce a un monumento solemne, erigido en la montaña donde el 21 de octubre de 1989 ocurrió la peor tragedia aérea de Honduras. El vuelo 414 de Tan-Sahsa se estrelló en este mismo cerro, y el memorial, con una capilla y placas con los nombres de las 138 víctimas, se ha convertido en un lugar de recuerdo y respeto. La visita a este sitio transforma el paseo de una simple actividad recreativa a una peregrinación que conecta con un capítulo doloroso pero fundamental de la historia del país.
El día termina con una visita nocturna a uno de los pueblos con más encanto de Honduras: Ojojona. Encontrar este municipio en plena feria, con sus calles de piedra iluminadas y llenas de vida, es el broche de oro perfecto. Es aquí, en una de sus casas coloniales —hoy convertida en un café— donde fue capturado el General Francisco Morazán, añadiendo una última capa de peso histórico a una jornada inolvidable. El resultado es un entendimiento mucho más amplio de un departamento que es mucho más que su capital: es un compendio de aventura moderna, historia conmovedora y cultura arraigada.
La Clave para una Aventura Diferente
El consejo más valioso de este episodio es una invitación a cambiar de perspectiva. Si quieres conocer Francisco Morazán de verdad, el «truco» es salir de la ruta convencional. En lugar de limitar tu visita a los museos y parques de Tegucigalpa, atrévete a explorar sus alrededores de una forma activa. Optar por un tour guiado en bicicleta eléctrica te abre las puertas a paisajes y experiencias a los que de otra manera no llegarías, permitiéndote sentir el viento de las montañas, descubrir monumentos escondidos y conectar con la región de una manera mucho más física y memorable.
Este video es una demostración de que la aventura se encuentra donde uno decide buscarla. Para vivir la experiencia de recorrer un parque eólico en bicicleta y acompañar al equipo en su emotiva visita al memorial, tienes que ver el episodio completo.
Explora la capital y sus alrededores de una forma única en el video completo aquí:
