En el imaginario colectivo de Honduras, la costa es sinónimo del Caribe. Pero en el sur, donde el calor intenso le ha ganado apodos como «la novia del sol», yace un tesoro de naturaleza y relatos que desafía todas las expectativas. El departamento de Valle no es un destino de paso; es un universo en sí mismo, un lugar donde el Océano Pacífico revela sus secretos entre islas volcánicas, manglares que son cuna de vida y una historia que resuena en cada ola.
Nos adentramos en esta fascinante región a través de los ojos de «De Viaje con Seoane». Joel Seoane no está simplemente de paseo; está inmerso en una de las hazañas documentales más ambiciosas de los últimos tiempos: «La Vuelta a Honduras en 20 Días». Acompañado de su equipo, este proyecto va más allá del turismo, es una crónica de la identidad hondureña, y en este décimo día, nos muestra la increíble capacidad de asombro que su canal inspira. Su estilo es el de un amigo entusiasta que te lleva con él, compartiendo desde las burritas del desayuno hasta las reflexiones más profundas sobre la historia y la naturaleza.

Aunque la travesía suena épica, lo que el video transmite es que esta aventura está al alcance de la mano. El punto de partida es el muelle de Coyolito, donde la logística se simplifica a algo tan accesible como dejar el vehículo en un parqueo local por un precio módico. Es la prueba de que no se necesitan fortunas para explorar las maravillas del país. La verdadera inversión es el tiempo y la curiosidad. Con una lancha como vehículo principal, el equipo se lanza a un archipiélago que es un aula viva de ecología e historia.
El recorrido por el Golfo de Fonseca es una sinfonía de descubrimientos. La primera lección llega antes de zarpar, con la advertencia del guía: el Pacífico, de pacífico solo tiene el nombre. La jornada nos lleva a la Isla de los Pájaros, un santuario de roca volcánica donde se entiende la importancia de no interferir, permitiendo que las aves aniden en paz. Aquí se aprende sobre las dos especies de pelícanos: el café, residente permanente, y el blanco, un viajero incansable que migra desde Estados Unidos y Canadá para pasar el invierno en estas aguas cálidas.

El viaje se vuelve aún más íntimo en la Isla de los Muertos. Allí, entre las tumbas de un cementerio aún activo que mira al mar, el guía Nelson encuentra una iguana recién nacida. El animalito se convierte en protagonista de una clase improvisada sobre reptiles, su necesidad de sol para activarse y el fascinante «tercer ojo» en su cabeza. Son estos momentos no planificados los que enriquecen el viaje, mostrando que la vida silvestre es el verdadero tesoro del lugar. Poco después, el asombro se traslada a nuestros pies en la Isla de las Almejas. La playa no es de arena, sino de millones de conchas trituradas. Es imposible no agacharse, tocar, sentir la historia geológica del lugar y comprender por qué está prohibido llevarse ni una sola de esas piezas que conforman el ecosistema.

El resultado de un día como este va más allá de las fotos. Es una conexión tangible con el entorno. Es pararse en la torre de avistamiento de la Isla Pacar y tener una panorámica de 360 grados que abarca tres naciones: Honduras, El Salvador y Nicaragua. Es comprender el conflicto histórico por la Isla Conejo, un punto estratégico militar, y reflexionar, como lo propone Joel, si Honduras realmente «ganó» esa disputa al ceder otras islas que le daban un acceso más franco a aguas internacionales. El viaje te llena de imágenes, pero también de preguntas y de un profundo aprecio por la complejidad de la región.

Un Detalle que Marca la Diferencia
En medio de la belleza de la Isla de las Almejas, Joel se detiene para señalar la basura que algunos visitantes han dejado atrás. Es aquí donde comparte el consejo más práctico y poderoso del video, un verdadero truco de viajero responsable: incluso si ves basureros, hazte el hábito de llevarte tu propia basura de regreso. La razón es simple y lógica: en estas islas remotas, los servicios de recolección no son frecuentes. Asegurarte de que tus desechos vuelvan contigo a tierra firme es la única garantía de que no terminarán contaminando el paraíso que fuiste a disfrutar.
La jornada culmina con el regreso a tierra firme, justo a tiempo para presenciar cómo la marea ha subido de forma dramática, cubriendo el muelle que por la mañana estaba completamente seco. El día termina con una visita a Nacaome y una parada en la frontera de El Amatillo, mostrando la dinámica vida fronteriza antes de emprender el camino de regreso por el Canal Seco, una carretera imponente transitada por gigantescos camiones.
Este artículo apenas rasca la superficie de todo lo que se vivió en este día. Para sentir la emoción en la voz de Joel, ver las espectaculares tomas del dron, aprender de las explicaciones del guía y, en definitiva, ser parte de esta increíble etapa del viaje, es esencial ver el video completo. Te invito a hacerlo, a suscribirte a «De Viaje con Seoane» y a apoyar con tu interacción un proyecto que está construyendo un invaluable mapa audiovisual y emocional de Honduras.
Vive la aventura completa y descubre el sur de Honduras aquí: