En el imaginario hondureño, Olancho es más que un departamento; es un concepto. Es sinónimo de vastedad, de llanuras interminables, de ganadería, y de una identidad tan fuerte que alguna vez se habló de independizarse del resto del país. Es una tierra de mitos y realidades, un lugar que intimida y atrae a partes iguales. Pero, ¿cómo es realmente adentrarse en el corazón del departamento más grande de Honduras?
En el sexto día de su «Vuelta a Honduras en 20 Días», Joel Seoane y su equipo nos llevan en un viaje que rompe todos los estereotipos sobre Olancho. La jornada es un estudio de contrastes espectaculares: comienza en la serenidad de una playa cinco estrellas con certificación de Bandera Azul y culmina en la oscuridad helada de unas cuevas subterráneas, una de las aventuras más extremas y menos conocidas del país. Este episodio del canal «De Viaje con Seoane» es una prueba de que para conocer un lugar, hay que estar dispuesto a explorarlo en todas sus facetas.

El día arranca en un paraíso caribeño: el hotel Norwich Club en Trujillo, patrocinador de esta etapa. La mañana transcurre en una playa de arena blanca y aguas tan tranquilas que parecen una piscina natural, donde incluso es posible encontrar estrellas de mar a pocos metros de la orilla. Tras un relajante paseo en kayak, el equipo se despide del Caribe para emprender el largo viaje por carretera hacia el legendario departamento de Olancho.
Los elementos clave que definen esta inolvidable jornada son tres:
- La Carretera a Olancho: El viaje por tierra en sí mismo es una parte fundamental de la experiencia, mostrando paisajes impresionantes y la transición de la costa a las vastas llanuras del interior del país.
- Las Cuevas de Susmay: El corazón de la aventura. Un sistema de cuevas subterráneas, vírgenes y no comercializadas, que ofrecen una experiencia de espeleología acuática auténtica y desafiante.
- La Hospitalidad Olanchana: Demostrada en dos momentos increíbles: un encuentro casual con un seguidor que invita a todo el equipo a almorzar, y una bienvenida inesperada por parte del propio alcalde de Juticalpa.
El proceso del día es una escalada de aventura. Tras horas de carretera, donde destacan la buena condición del asfalto y los hermosos paisajes, la primera parada en Olancho es en San Esteban para un almuerzo que termina siendo un regalo de un seguidor. Luego, el equipo se dirige a Gualaco, el municipio que alberga el secreto mejor guardado de la región. El camino hacia las cuevas los lleva por una calle de tierra en excelente estado que atraviesa el Parque Nacional Sierra de Agalta y pasa por una antigua pista de aterrizaje de los años 30, un vestigio de la época en que la única forma de llegar a esta zona era por aire.

La llegada a las Cuevas de Susmay marca el inicio de la verdadera aventura. Desde el primer momento, queda claro que esto no es un paseo turístico convencional. Hay que bajar por un sendero empinado, cruzar un río y enfrentarse a la imponente boca de la cueva, de la que emana un viento helado. Equipados con neumáticos para flotar, el equipo se adentra en la oscuridad. El video nos sumerge con ellos: la única luz es la de sus linternas, el agua está congelada y la fuerte corriente del río subterráneo los arrastra a través de enormes galerías adornadas con brillantes estalactitas. Es una experiencia cruda, real y absolutamente fascinante.
Tras salir de las cuevas, temblando de frío pero llenos de adrenalina, la jornada culmina en Juticalpa, la cabecera de Olancho. La llegada nocturna trae consigo una de las sorpresas más grandes del viaje. Mientras grababan en el recién remodelado parque central, se encontraron casualmente con el alcalde de la ciudad, Walner Castro, quien esa misma noche había inaugurado las nuevas letras de «Juticalpa». El alcalde no solo les dio la bienvenida, sino que les explicó el origen del apodo de la ciudad («la tierra de los caracolíos», por la abundancia de caracoles de río) y les ofreció una escolta militar para que pudieran visitar de forma segura el Cerrito de la Cruz, el mirador que ofrece una vista panorámica de toda la ciudad.

El resultado de este día es un retrato completo y complejo de Olancho. Lejos de ser solo llanuras y ganado, se revela como un departamento de una diversidad increíble, capaz de ofrecer desde el lujo de una playa con Bandera Azul hasta la adrenalina de una expedición a cuevas vírgenes, todo unido por la calidez y hospitalidad de su gente.
El Secreto para Explorar las Cuevas de Susmay
El consejo más importante de este video es para los verdaderos aventureros. Las Cuevas de Susmay no son un destino como las Cuevas de Taulabé, donde se paga una entrada y se sigue un sendero iluminado. Para explorar este lugar, es absolutamente necesario contactar y contratar a los guías locales con anticipación. Ellos son los únicos que conocen la ruta y proveen el equipo necesario, como los neumáticos. Además, hay que ir preparado: la experiencia es exigente, el agua es extremadamente fría y es indispensable llevar una cámara resistente al agua, ya que cualquier otro dispositivo electrónico se arruinará. No es un paseo, es una expedición.

Este episodio es un viaje de contrastes que te mantendrá al borde del asiento. Desde la paz del Caribe hasta la adrenalina de la oscuridad subterránea y la sorpresa de un encuentro con las autoridades de Juticalpa. Para sentir el frío del agua de la cueva, ver las impresionantes formaciones rocosas y ser testigo de la increíble hospitalidad olanchancha, tienes que ver el video completo.